Jugador de 33 años, Debutó en el primer equipo del Barcelona el 18 de agosto de 1998, de la mano del entrenador Louis Van Gaal, fue titular y marcó un gol. Campeón en varias oportunidades con el Barcelona y campeón mundial con España en 2010.
Creo que hay pocos ejemplos más claros que el de Xavier Hernández Creus, como un maestro en el fútbol, al que su obsesión por la pelota siempre me ha obsesionado. Dueño de un estilo único, un futbolista en el que muchos vieron el reflejo de Pep Guardiola y que pudo escapar a tiempo a una comparación que casi lo consume.
Frank Rijkaard y Luis Aragonés, le exprimieron el jugo a un hombre que siempre tuvo la cancha en la cabeza, pero que todavía no había encontrado su lugar en la misma. Poseedor de una precisión y fineza a la altura de su ego y orgullo, el Barcelona, encontró en él la brújula que necesitaba para volver a sentirse monarca, para volver a tratar la pelota como se merecía.
En la selección, terminó de aceitar el engranaje gracias a su habilidad innata de controlar, manejar y repartir el balón. Xavi por años jugó más al póker que al fútbol. Ahora, tras un par de temporadas con tonalidades más grises que a color, y tras una final de Confederaciones donde quedó en evidencia que su llama poco a poco se va apagando, es hora de analizar cuanto fútbol le queda dentro, un jugador que nunca dejará de ser cerebral, pero que de a poco parece diluirse dentro del campo de juego.
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